CUPCAKES DE NOCILLA

¿Alguna vez te has sentido como un ratoncillo robando queso a hurtadillas de una cocina?

Yo os voy a contar una historietilla, aquí en familia ahora que nadie nos lee, de aquel día que me sentí un ratón.  

Aquel día que me sentí un ratón el tiempo se detuvo. Se detuvo de muchas maneras. Para mí se detuvo porque me vi con un manjar exquisito entre manos que no quería soltar y quería conservar por mucho  tiempo.

Para mi familia se detuvo pero de otra manera. Pensaban que yo, pequeñaja e inocente criaturilla de 3 años, había desaparecido. 

¿Y cómo pudo eso ocurrir, que dos momentos paralelos fueran tan diferentes? Muy fácil. Pasen y vean. 

Cuando era pequeña adoraba la nocilla. ¡Y los bollicaos! ¡Dios, qué cosa! Mi madre que siempre ha sido muy defensora de los alimentos naturales cada vez que le pedíamos un bollicao nos endiñaba un “hoyo de aceite” con unas onzas de chocolate y nos contestaba:

“Esto es una buena merienda, ¡los bollicaos y la nocilla no son más que porquerías!”

Y sí, la buena mujer llevaba mucha razón porque un hoyo de aceite con una onza de chocolate no es mala cosa pero… los bollicaos y la nocilla desde los ojos de un niño le daban cien mil vueltas. Derretidita sobre una tostada, o en bocadillo con un par de rebanadas de pan de molde… ¡o simplemente a cucharadas! La nocilla era… ¡nocilla! Y los bollicaos, eran… ¡bollicaos! 

Total, que mi buena madre algunos sábados cuando iba de compras al mercado se pegaba el detalle de traernos bollicaos o nocilla a mis hermanas y a mí. Uno de esos días que trajo nocilla, trinqué el bote y allá que fui a esconderme detrás de la lavadora y del tambor del detergente. 

Ahí fue cuando empecé a sentirme como un ratón. Yo creo que hasta me salieron bigotes y las orejas se me hicieron redonditas. Con mi pequeña mano empecé a comerme… ¡¡¡“TOOOOOL” BOTE DE NOCIIIIIILLA!!! Después de un rato mi madre se preguntaba que dónde me había metido… Me empezó a llamar -yo no lo recuerdo-, pero supongo que no contesté porque sabía que me iba a caer una bronca padre después de que mi madre viera el estado en el que estaba dejando el bote y mi carita… con nocilla hasta en las pestañas. Y por supuesto, además de bronca perdería mi tarro de nocilla. Así que allí seguí jalando mientras mi madre me iba buscando… Después de un rato mi madre fue a lo de la vecina para ver si me había ido allí por alguna razón. La vecina negó con la cabeza y se ofreció a ayudar a buscarme. 

Se asomaron al balcón a ver si me veían. Mi hermana mayor lloraba desconsolada agarrada a los barrotes del balcón mientras me llamaba a gritos pensando que me habían perdido para siempre. ¡Qué equivocada estaba la chiquilla! 

Llamaron a lo de mis abuelos por si me había dado por irme de paseo hasta su casa. Tampoco estaba allí. De repente la vecina escuchó un ruido. Le dijo a mi madre:

“Escucha, Mari Tere… ¿Tú tienes ratones en casa?

“Yo no…”

“Es que se oye ratonear detrás de la lavadora…”

Efectivamente, mi madre no  tenía ratones. Pero si tenía una hija que por unos minutos se había convertido en ratón.

Mi madre me cuenta hoy que cuando me encontró, yo tenía toda la cara llena de  nocilla, el brazo pringado hasta el codo y ningún síntoma de arrepentimiento. 

¡La ocasión lo merecía! 

¿Qué habrías hecho tú? ¡Seguro que tres cuartos de lo mismo! ¿O no?

Pues dejando la historia a un lado de aquellos maravillosos años, os invito ahora a que veais la receta. Para el bizcocho he usado la receta de MJ´SBASIC4U. Para el Buttercream Frosting de Nocilla, ponte el cinturón que nos vamos a por él.

CASI PASO A PASO EN FOTOS, RELLENO Y ALMÍBAR

¡¡Y ahora la escena final!!!

Para concluir os recuerdo que... ¡seguimos de sorteo!. Para refrescaos la memoría id al post "Halloween Cake y sorteo 1er cumpleblog". Es muy fácil participar y estoy deseando recibir vuestras recetillas. El sorteo es para BLOGGERS Y NO BLOGGERS, así que... ¡Hala! ¿Os animáis? El premio es de lo más tarteril layeril, ¡para que hagas layer cakes fabulosos!: 

• 3 moldes Master Class para tartas con base extraíble y superficie antiadherente de 15 cm. 
• 1 rejilla Kitchen Craft de 3 pisos 
• 1 espátula recta de 25 cm

Y ya vino el momento de decir hasta luego, ¿y como lo decimos? ¡Pues como siempre! Con un poco de sabiduría positiva "pal cuerpo". El de hoy de Martin Luther, Jr:

“Da tu primer paso ahora. No es necesario que veas el camino completo, pero da tu primer paso. El resto irá apareciendo a medida que camines”

Así que ponte tus zapatos más cómodos y comienza a caminar. 

¡¡Yo te acompaño y te voy dando abrazos, sonrisas y besos apretaditos!!

¡Feliz día y gracias por leerme y estar siempre ahí!