Mi vida cambió el día que vi
a una chica china comerse una sopa con palillos. ¡La sopa, “mae” mía! Desde ese
momento supe que… ¡todo es posible en esta vida! La chica de la que os hablo se
hacía llamar Terry y fue mi compañera de piso en Portsmouth por una semana.
¡Sí! Tan solo una semana, y oye… que yo no le hice nada, ¿eh? Que se fue ella
porque solo vino a vivir conmigo una semana para espiarme y controlarme. ¿Qué
no me creéis? Ahí va una parte de la historia de mi convivencia con la cultura
china.
Hace unos años, me fui a
Inglaterra para estudiar mi último año de carrera y yo que soy muy especial, en
lugar de hacer como el resto de
estudiantes e irme a vivir a una residencia universitaria para estar todo el
día de juerga, decido que me voy a ir a la casa de una familia china. Madre e
hija ¿Por qué? Porque me gusta el pato a la naranja y el pollo con almendras…
¡Y yo qué sé! Me dio por ahí.
El caso es que mi convivencia no fue del todo agradable (excepto por la semana con Terry). Mi casera solo me daba los buenos días cuando quería pedirme el mes del alquiler, cosa que hacía 15 días antes de que acabara el mes. Nunca lo entendí. Por lo tanto, yo para ella era simplemente una tarjeta de crédito andante a la que había que tratar con suavidad solo cuando queremos que funcione bien la banda magnética y salga pasta. El resto del tiempo, yo era invisible. Para la hija también. ¡Qué penica de mí con lo que me gusta hablar! ¡Y yo, que soy más sociable que una mosca en el mes de agosto!
El caso es que mi convivencia no fue del todo agradable (excepto por la semana con Terry). Mi casera solo me daba los buenos días cuando quería pedirme el mes del alquiler, cosa que hacía 15 días antes de que acabara el mes. Nunca lo entendí. Por lo tanto, yo para ella era simplemente una tarjeta de crédito andante a la que había que tratar con suavidad solo cuando queremos que funcione bien la banda magnética y salga pasta. El resto del tiempo, yo era invisible. Para la hija también. ¡Qué penica de mí con lo que me gusta hablar! ¡Y yo, que soy más sociable que una mosca en el mes de agosto!
Volviendo al tema, en
noviembre el padre de mi casera enfermó y ella y su hija salieron pitando para
China. Yo pensé “¡Aleluya! ¡Una semana a mi aire! ¡Sola en casa!” Pues… ¡no, hija, noooooo! A la mañana
siguiente de su partida al bajar las escaleras, me encuentro en la cocina a una
chica china más feliz que unas castañuelas que se está preparando unas arencas
al horno (imagínate el olor de la casa). Con una sonrisa de oreja a oreja, los
ojos perdidos en una línea y más bigote que mi gata Molly, me dice buenos días
con alegría y me invita a desayunar con ella. ¡Qué dulce bella flor! Obviamente
le dije que no. Yo con un vasico de leche y una tostada voy que chuto.
Ella me explica que va a estar conmigo toda la semana, que su amiga le ha pedido el favor de que se venga conmigo. “Uuuuuum interesante… Una espía china para mi persona….” La verdad, me sentí bastante ofendida pero luego, no me importó en absoluto ya que disfruté de la compañía de Terry un montón. Me habló de su China natal y me enseñó por primera vez dulces chinos. Cuando los probé, quedé completamente alucinada. ¿Qué sabor era ese tan especial… y tan poco dulce pero satisfactorio? ¡Me encantó! Cuando le pregunté que de qué estaban hechos, ella me contó un cuento chino. Me dijo que estaban hechos con “red bean paste” -pasta de soja roja llamada también “azuki”- y que por lo tanto no engordaban. Que los dulces en china no te ponen gorda como los que tenemos los europeos. En ese momento yo me lo creí a pies juntillas, y cada vez que iba a Londres me pasaba por el barrio chino y me compraba una caja de pastelitos de “red bean paste”. ¡Qué ricos! Y como “no engordan” me comía tres o cuatro de una sentada y no me sentía ni culpable. ¡Ains, inocente! No solo de aire vive el hombre…
Ella me explica que va a estar conmigo toda la semana, que su amiga le ha pedido el favor de que se venga conmigo. “Uuuuuum interesante… Una espía china para mi persona….” La verdad, me sentí bastante ofendida pero luego, no me importó en absoluto ya que disfruté de la compañía de Terry un montón. Me habló de su China natal y me enseñó por primera vez dulces chinos. Cuando los probé, quedé completamente alucinada. ¿Qué sabor era ese tan especial… y tan poco dulce pero satisfactorio? ¡Me encantó! Cuando le pregunté que de qué estaban hechos, ella me contó un cuento chino. Me dijo que estaban hechos con “red bean paste” -pasta de soja roja llamada también “azuki”- y que por lo tanto no engordaban. Que los dulces en china no te ponen gorda como los que tenemos los europeos. En ese momento yo me lo creí a pies juntillas, y cada vez que iba a Londres me pasaba por el barrio chino y me compraba una caja de pastelitos de “red bean paste”. ¡Qué ricos! Y como “no engordan” me comía tres o cuatro de una sentada y no me sentía ni culpable. ¡Ains, inocente! No solo de aire vive el hombre…
Hoy os traigo la receta para
ese relleno dulce de soja roja que aparentemente no engorda, ¡y una leche! Llevan
la misma cantidad de soja que de azúcar, pero vamos, que están muy ricos
cierto, que no son empalagosos, también,
que siempre agradeceré el que Terry me acercara a los dulces y los cuentos
chinos, ¡por supuesto!
Para que lo entendáis un
poco mejor la pasta que os traigo es el relleno de muchos de los dulces chinos,
coreanos, japoneses.... Se suelen recubrir con pasta de arroz, de harina o de
sésamo. En los próximos días voy a intentar hacer varias recetas. Unos “mochi” (hechos con pasta
de arroz) y unos “mooncakes” (pastel de luna que se come en el
“festival de otoño” en China, sobre finales de septiembre o principios de octubre en un
día de luna llena) ¡Riquísimos! y si además no engordan
mejor que mejor. ¡Menudo cuento chino os he vendido!
Pues ¡hala! Vamos a vel
de qué va esto. Ponte el delantal y acompáñame, polfavol ^_^
INGREDIENTES
RED BEAN PASTE/PASTA DULCE DE SOJA ROJA
(Receta adaptada de varias recetas en la red)
(Receta adaptada de varias recetas en la red)
- 400 g de soja roja
- 400 g de azúcar de caña
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de aceite de girasol
MÉTODO
- Ponemos la soja roja en agua fría la noche anterior.
- A la mañana siguiente tiramos el agua, enjuagamos la soja y la ponemos a hervir primero a fuego alto, unos diez minutos, y luego bajamos para que hiervan suavemente durante aproximadamente una hora o hasta que estén tiernas.
- Escurrimos bien la soja y la ponemos en el recipiente de un robot de cocina con las cuchillas. Añadimos el azúcar de caña con la pizca de sal y lo ponemos en funcionamiento por unos 5 minutos.
- En un wok a fuego medio-alto ponemos la cucharadita de aceite, calentamos y volcamos la pasta de soja roja. Con una paleta de madera removemos constantemente hasta obtener una pasta parecida al puré de patatas. ¡Listo!
TIPS
- Al calentar la pasta en la sartén, no la dejéis secar demasiado ya que queremos que la pasta mantenga algo de humedad.
- Si queréis una pasta más fina y suave, pasad la pasta de nuevo por el robot de cocina después de haberla cocinado en el wok.
"Al comer retoños de bambú, recuerda al hombre que los plantó"
¡Pues eso es todo por hoy recordad que aun estáis a tiempo de participar en el sorteo!
Mirad como hacerlo en la entrada...
¡¡Besos muy apretaditos, gorditos y con bufanda!!
Gracias por leerme
Gracias por leerme
Más sociable que una mosca en agosto, pero chiquilla cómo se te ocurren estas cosas? Esto me lo tienes que contar algún día, en cada línea soltaba una carcajada, una espía china, jajaja. En fin vamos a por la receta, la más rara que he visto en mi vida, aunque la comida china me gusta, esta no me la imagino ni por asomo, de hecho tengo una cuñada china, le preguntaré se pronuncia piñín? Jajaja. Nada que le pregunto fijo, que me has abierto la curiosidad. Por cierto tengo una propuesta indecente para ti.... ¿Te gustan las propuestas indecentes?
ResponderEliminarUn besito y feliz Miércoles.
Uy!! Me encantan las propuestas indecentes! Siempre que sea llevando ropa, perfecto, que menuda rasca hace ^_^
EliminarQué bien que tengas una cuñada china! Yo estaría todo el día interrogandola para que me contará recetas...
Bueno pues llena de curiosidad espero tus noticias! !
Ahí va un beso bien grande dentro de un plumón para que de camino no se resfríe! Pasa un buen día!
Ohhh ya te estoy viendo con Terry y con las chinas, jeje. Pues muchas gracias por enseñarnos esta y las próximas recetas. Creo, creo, que ya se por donde va la propuesta indecente de Eli, creo que te va a gustar. Un besote guapísima y que tengas una semana de diez
ResponderEliminarAins!! Qué recuerdos en las Inglaterras!! Maravilloso a pesar de todo...
EliminarOye, pillinuela! Cómo es que tu sabes por dónde va la propuesta de Eli?? Vamos que no me extraña porque con mi despiste siempre soy la última en enterarme de todo! Bueno, pues en ascuas sigo...
Un besote muuuuuuuy gordooooote!!
Estupendo! Me he reido un montón con tu post y me viene que ni al pelo, porque estoy en plena investigación sobre los moon cakes mientras espero impaciente la llegada de mi nuevo molde. Ya te contaré.
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