“¿¿Pero
esto qué eeeeeeeeeeehhhs…??”
Se estará preguntando más de uno con cara rancia y
moviendo de un lado a otro la cabeza.
“¡¡Pero
si no sé ni cómo se pronuncia!!” 九层糕
Se estará diciendo otro mirando por encima de las gafas y
con el morro ceñido.
Tranquil@s, tranquil@s. Yo tampoco sé cómo se pronuncia
pero…
¡¡SÉ CÓMO SE
PREPARA!! ¡¡TOOOOOOOOOOOOOOOOMA!!
Los dulces en capas son
típicos de Indonesia, Singapur, Malasia y el sur de China. Para ellos las capas
representan la abundancia y en estos tiempos de no abundancia… ¿¿Quién no quiere tener por lo menos un dulce abundante??
¡Pues ea! Aquí lleváis una
tarta que es abundante en capas. En sabor es algo más escaso y sutil pero nada
despreciable. Y la textura… muy, muy, muy especial. Nada parecido a algo que
hayas probado antes.
Sin más dilación aquí os
dejo esta receta, adaptada de esta web…
¡¡Para los atrevidos, para los de
paladar exquisito, distinguido y para los que estén aburridos!!
¡¡Coge tu olla o máquina a
vapor y a vaporeteaaaaaar!!
¡Ah! Que no lo he dicho. Las
capas se cocinan una a una al vapor. Una vez tenemos una capa cuajada vamos
añadiendo las otras…
¡¡¡Paciencia y al kuih
laaaaaaaaaaaaaaapis!!!
INGREDIENTES
- 280 g harina de tapioca
- 80 g harina de arroz
- 400 ml de agua
- 320 g de azúcar
- 400 ml de leche de coco con una pizca de sal
UTENSILIOS
- Olla para cocer al vapor o máquina para cocer al vapor.
-
Recipiente de unos 5/6 cm de alto que entre en la olla o máquina de cocer al vapor (yo usé una fiambrera de plástico que me entraba bien en mi cacharro).
- 3 boles para repartir la mezcla por colores.
- Una báscula de cocina o vaso medidor en ml.
MÉTODO
- En un cazo hervimos el agua y el azúcar durante un par de minutos o hasta que el azúcar esté disuelto. Ahora añadimos la leche de coco y combinamos bien.
- En otro bol mezclamos la harina de tapioca, la de arroz y la pizca de sal.
- Vertemos poco a poco la mezcla de harinas en el líquido y removemos ayudándonos de unas varillas. Cuando todo esté bien disuelto colamos para retirar posibles grumitos malignos.
- Separamos la mezcla en tres boles y les añadimos el colorante al gusto (podéis elegir las capas y colores que queráis).
-
Ahora, ponemos el recipiente elegido dentro de la máquina de vapor. Con nuestra báscula o vaso medidor cogemos 100 ml de masa y lo echamos dentro del recipiente. Cocemos al vapor durante unos 4 minutos o hasta que veamos que la capa ha cuajado. Una vez cuajada vertemos la siguiente capa de distinto color –o igual, dependiendo de la combinación que queráis crear- y cocemos de nuevo. Y así hasta que gastemos la masa o hasta que os hartéis o hasta que hayáis conseguido lo que queríais ^_^. Yo hice 9 capas.TIPS
- Procurad hacer las capas del mismo tamaño. 100 ml es ideal, pero todo depende de vuestro recipiente. Yo hice algunas más finas que otras por experimentar y las que eché de 70-80 ml no cuajaron bien :( Podéis verlo en la foto que hay una capa blanca un poco triste.
- Batid la mezcla de vez en cuando y siempre antes de ponerla a cocer ya que la harina de arroz y la de tapioca tienden a aglutinarse abajo.
- Esperad a que el kueh lapis esté totalmente frío para desmoldar. Usad una espátula de silicona impregnada en un poquito de aceite y posteriormente cortad con un cuchillo de hoja fina bien afilado.
¡Y listo para menear el
bigote!
¡Prepárate un rico té,
invita a unos amigos y hablad sin parar ni mirar el reloj!
Hoy quiero concluir esta
entrada agradeciendo a mi amiga Lin su
compañía y el que esta receta se haya realizado. Lin tiene un restaurante cerca de casa, “Gu-shi”. Cuando no me
apetece cocinar, algo raro en mí pero que ocurre casi todos los viernes ^_^, me voy a que Lin me cuide y me hable de su infancia en China. El otro día en una
de nuestras conversaciones le comenté que quería preparar esta receta y que no
encontraba harina de tapioca por ninguna parte –de uso muy común en Asía.
Después de un rato explicándole cómo es la harina y otro rato intentando
averiguar la traducción de harina de tapioca en chino, Lin dibujó una gran sonrisa en la cara y
dijo:
"¡Pero si mi marido tiene un saco
de 25 kg en la cocina!”
Al instante salió con una bolsa llena de harina de
tapioca que recogí como si fuera un preciado tesoro. Al despedirnos ese día,
Lin me dijo un proverbio que me gustó mucho:
“El
gorrión, a pesar de su pequeñez, tiene todas las vísceras”
¡Después de esto, nunca más me sentiré pequeña!
GRACIAS, LIN
¡¡Y gracias mil a vosotros por leerme!!
¡Beeeeeesos a porrón!
Qué receta tan original¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Me ha chocado que no encontrabas harina de arroz...antes la vendían en los supermercados¡¡ hace tiempo que no la uso....Que colorido¡¡ muy muy chulos¡ besicos guapa¡¡
ResponderEliminarHoooola mi Laura!! La verdad es un dulce muy especial porque es dulce poco dulce, si eso se entiende de alguna manera...
EliminarLa harina que no encontraba era la de tapioca. La de arroz la conseguí sin problema.
Besos muuuuuu gordos!!
Gracias por el comentario!!!
Los había visto y no recuerdo donde, y estos te han quedado super originales y vistosos!! Gracias por poner la receta.
ResponderEliminarBss.
Su.
Mil de nadas!! Un placer compartirla con todos vosotros.
EliminarGracias por el comentario! Un besote!!!
Ten un buen día!!
aLAAAAAA como molaa!! Estamos por aqui buscando el vodka que nos has dicho y nos encontramos con esto...ÑAM!!!!!!!!
ResponderEliminarJajajajaja!!! Eso de buscar y buscar te hace tropezar en cosas inesperadas que también molan! Esa es la magia de internet! Y la perdición, porque nunca paras de buscar y encontrar! ^_^
EliminarBesotes y gracias por el comentario!